Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. Tener un buen sitio donde caerse muerto es una de las cosas más importantes cuando estamos a 2700 Km de nuestra casa y terminamos el día agotados de patear.
Sólo dormimos en dos ciudades en Rumanía, pero por lo que pude comentar con otros viajeros con los que coincidimos, acertamos con los hostales de pleno.
BRASOV: Backyard Hostel
http://backyardhostel.com/
A 10 minutos andando del centro de Brasov. El hostel está regentado por Andrei (atención chicas, con diferencia el tío más guapo que vi en Rumanía) y su mujer. Si se les avisa con tiempo pueden ir a recogeros a la estación, previa búsqueda de vuestra cara en facebook para reconoceros (confesión de Andrei... muy buena idea, por cierto).
Nada hacer el check in, Andrei os ofrece brindis un chupito de "agua recién bajada de la montaña", como él dice. No es más que una especie de orujo suave. Probadlo, no es fuerte y está bien rico.
Sólo cuenta con cuatro literas, un baño pequeño y una cocina. Sábanas, funda de almohada y nórdico recién lavados. Todo el hostal está decorado con cosas hechas por ellos (incluído las literas), lo que le da un aspecto muy acogedor. El baño es bastante viejo, pero tengo que decir a su favor que estaba impecable.
El punto fuerte es su precio: ¡4'99€ la noche! El hostel más barato de Brasov y no pasareis nada de frío (a diferencia de uno de ellos, que por lo que tengo entendido tiene problemas de ese tipo).
Si teneis ganas de marcha, Andrei seguro que se ofrece a llevaros por ahí. En nuestro caso, estábamos demasiado cansados después de casi 20 horas en activo, pero la invitación tenía buena pinta (el menos eso parecía por lo "contentillas" que llegaron dos inglesas a la habitación aquella noche).
Bromas a parte... tengo muy claro que si tuviera que volver, sin duda escogería este lugar.
Bucarest: East Hostel
http://www.easthostel.com/
Cuenta con dos baños, uno de ellos con bañera de hidromasaje de coña, porque no llega la presión. Tiene cocina, y el desayuno (huevos, jamón, salchichas, tostadas, café, té...) está incluido en el precio.
Para cenar, en el número 13 de la misma calle hay un restaurante un poco escondido, con comida más o menos exótica que está muy bien de precio. Son gente encantadora (la camarera nos cocinó una estupenda cena aunque llegamos 15 minutos después de cerrar las cocinas). Pero cuidado con el restaurante chino que está casi en frente... se cuecen cosas muuuuy sucias ahí dentro...
El centro de Bucarest queda a 15 minutos andando, aproximadamente.
Pasamos dos noches estupendas allí, con un Malagueño que había venido en coche desde allí para estudiar los osos en Brasov y unas exalumnas de mi padre de hace 20 años (como lo oís) con muchas ganas de juerga.
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